La integración de la IA con la robótica está creando máquinas cada vez más autónomas y adaptables. Desde robots industriales que aprenden nuevas tareas mediante demostración hasta robots sociales diseñados para interactuar con humanos en entornos cotidianos, esta convergencia tecnológica está redefiniendo nuestra relación con las máquinas. Avances en percepción visual, comprensión contextual y manipulación de objetos están permitiendo a los robots operar en entornos no estructurados previamente reservados para humanos.